martes, 27 de diciembre de 2011

Impacto total

El otro día lo vi. Estaba en un centro comercial con mi Vane, y lo vi pasar. Iba acompañado por una chica, no sé si será alguien especial para él o no.  La verdad es que, inevitablemente, me quedé impactada. Después de meses sin vernos, no me esperaba encontrármelo así, por lo que me cogió muy por sorpresa. Evidentemente, después del momento impacto, no me apetecía encontrármelos cara a cara. ¡Pero me pinté los labios, por si acaso!
Con las canciones pasa como con las imágenes del Google: siempre encuentras una perfecta para cada ocasión. Y mientras iba conduciendo, quiso el destino que escuchara a Alejandro Sanz y Shakira cantando:  ”Yo ya logré dejarte aparte, no hago otra cosa que olvidarte”. ¿Alguien ha pensado alguna vez en lo contradictorio de esta frase? ¿Y en lo cierta que puede llegar a ser?  Pero me vino muy bien para echar las dos lágrimas que tenía que echar, ya que creo que no hacerlo sería inevitable.
Después de eso, sí que estoy segura de que ya he pasado página, cerrado ese libro, y terminada la colección, y que no va a haber manera de volver a leer sobre el tema… ¡ni me apetece! Y no es que en algún momento hubiera tenido (ni siquiera al principio) la esperanza de volver, sino ni siquiera un mínimo pensamiento.
Pero bien es verdad que más vale una vez colorada que ciento amarillas, y es lo mejor que me podía haber pasado para dejar este tema definitivamente finiquitado.
¡No hay mal que por bien no venga!


 

lunes, 12 de diciembre de 2011

El día de las despechadas




Érase una vez, una pobre chica ilusionada con un chico, chico que un buen día… ¡se fue con  otra! Aunque nunca había pasado nada entre ellos,  eso no evitó que ella no sintiera  desilusión. Aunque, realmente, fue lo mejor que pudo pasar: también resultó ser capullo.
Así que, para hacerlo todo más llevadero, decidimos salir para que olvidara las penas, y poner un día más en rojo en el calendario para el resto de los años.  Y así es como nació El Día De Las Despechadas. Desde 2006, nuestra pandilla tiene una cita  ineludible todos los primeros de diciembre. Por desgracia, todos los años hemos tenido una  despechada, alguna que ha terminado una relación; por suerte, ninguna ha repetido nunca. Ha habido celebraciones de distintos tipos: más y menos elegantes, de mediodía y de noche, con y sin bandas de Miss Despechada… Y con las risas como denominador común.
Y este año me tocaba a mí. Por primera tenía vez un día para mí en el año sin que fuera mi cumple. Por cuestión de agenda, hicimos una pseudonoche de despechadas, ya que sólo estuvimos muy poquitas, pero bailamos y tomamos vinito de naranja como si hubiéramos estado todas y alguna más. ¡Qué bien viene desmelenarse, aunque sea de año en año!
Y es que, sin duda alguna, lo importante es echar un buen rato con las amigas… ¡sea con la excusa que sea!



 

Mi soledad y yo




 Después de escribir la última columna, me quedé un poco sorprendida. Una de las chicas de  las que no conozco que suele leer el blog, me dejó un comentario diciéndome que esperaba que  no me sentara mal, pero que cree que no es necesario un hombre para ser feliz y que en la vida hay  muchas cosas que llenan.
Cualquier persona que me conozca y que haya leído esto, sabrá que a mí me cuesta la misma  vida enfadarme; de hecho, ojalá a veces me fuera más fácil hacerlo. Y desde luego, soy  consciente de que si escribo aquí algunas de las cosas que pasan por mi vida y por mi mente,  la gente que lo lee (¡gracias!) puede sacar sus propias conclusiones sobre lo escrito.
Con respecto a que se puede vivir feliz sin un hombre, sé perfectamente que se puede. Tengo más años que los que soy capaz de creer y, de todos ésos, sólo he pasado un año y medio con novio. El resto de mis años los he pasado soltera; soltera, feliz y alegre.
Siempre he sido una persona a la que la gente le ha contado sus cosas y me ha pedido consejo (independientemente de que después hicieran caso o no). Y un consejo que he dado siempre es “si se está con alguien es para estar mejor que se está solo”. Y cuando se sabe que no va a haber un final feliz, pues no merece la pena.
Así que no me preocupa estar sola ahora. Tengo otro millón de cosas que ocupan mi mente,  gente y cosas de las que disfrutar. Aunque reconozco que cuando se está bien con alguien, se está muy bien.