lunes, 28 de noviembre de 2011

La estación del amor

Sé que no puede existir un título más cursi, pero la verdad es que no le puede venir mejor (y, para ser sincera, no se me ocurría otro).
Esta columna va dedicada a una de mis incondicionales, que está viviendo una love story bonita y algo complicada, lo que la hace aún más bonita. Llevan un año de amor, de amor en la distancia: tren arriba, tren abajo; hotel arriba, hotel abajo… ¡Amor arriba!
Me encanta verlos juntos, son tan monos… A ella nunca la he visto más contenta; a él, basta con mirarle a la cara. Cuando estoy con ellos, distintos sentimientos y pensamientos cruzan mi mente: no puedo evitar que me dé un poco de envidia sana, teniendo siempre ganas de verse, de hacer cosas juntos, y de no hacer nada; no puedo evitar sentirme un poco madre (para variar), queriendo buscar una solución a esto de estar tan lejos; y no puedo evitar que se me haga un nudo en la garganta cuando pienso en que se tienen que volver a despedir… otra vez.
Ojalá os encontremos una solución para que podáis estar juntos pronto, y sólo tengáis que hacer maletas para iros de excursión.
Os quiero (lo siento chico, a ella más).



viernes, 18 de noviembre de 2011

La montaña rusa del amor



 Es una locura cuando hay etapas de inestabilidad de todo tipo a tu alrededor.
Unos días se ve todo negro fosforito: te pones melancólica y te acuerdas de cuando todo iba bien, o  quizás no tan bien, pero tenías un buen día. Y te preguntas cuándo volverá esa sensación.
Y después hay otros días, como hoy, todo se ve del color del arco iris. Puede ser que la situación no  haya cambiado, pero sí tu actitud. Eres capaz de darle a cada cosa la importancia que tiene, de no  dramatizar más de lo necesario, de saber que en algún momento todo volverá a ir bien… ¡Y  entonces no te acuerdas de por qué hace tan poco te sentías mal!
Todo es un bucle que crees que nunca terminará. Pero lo importante es, en esos días buenos, ser  capaz de reunir todo el pensamiento positivo posible, para que en los malos busques en tu mente, y  seas capaz de encontrar alguno, y saber así que muy pronto, antes de lo previsto, volverá a salir el sol.
Depende de lo que esté pasando en cada momento, haces más caso a unas canciones que a otras. Cuando terminó mi love story, todas las canciones eran de amor y/o desamor. Ahora me he volcado en las canciones que dan buenas vibraciones. De hecho, aquí hay una pequeña muestra para casi todos los gustos (probablemente Miss C. no encuentre ninguna que le cuadre).
“Canta y sé feliz”     “Hoy puede ser un gran día”    “En un mundo nuevo”   “Salir corriendo”   “Color esperanza”   “Ella”   “Sin miedo”    “Poquito a poco”   “La vida es un carnaval”   “Abriendo puertas”   “Respirar”   “Dame vida”   ”Grita”
Y cuando el buen rollo domina el 75% de tu mente, ya estás preparada para dejar de  cantar canciones sobre el buen rollito, porque entonces te vuelves a acordar de tu corazón, y hay una nueva canción que te ronda la cabeza…
“Si me enamoro algún día me desenamoraré, para tener la alegría de enamorarme otra vez”.


 

viernes, 11 de noviembre de 2011

A ponerse las pilas!




¡Bueno, bueno! Enfadada conmigo misma.
Me acabo de dar cuenta de que hace 9 días que no escribo. ¡Esto no puede seguir así! ¡Una solución quiero!
La verdad es que esta semana he estado bastante liada. Por suerte (o por desgracia), el curso que estoy haciendo va llegando a su fin. Por una parte, ya va siendo hora, después de casi 840 horas allí metida. Por otra parte, me da pena: vamos a echar de menos las nuevas amistades hechas,  esas horas del desayuno, estar con más gente que está en nuestra misma situación…  Por otra parte, me da pánico. Pánico a volver a los tiempos cuando me levantaba sin prisas, cuando las mañanas se hacían eternas, cuando ver el programa de Ana Rosa era una rutina diaria… Pánico a no tener nada que hacer.
Así que ya estoy 100% envuelta en el esperanzador, poco agradecido y a veces frustrante mundo de buscar trabajo, de escribir CV, de modificar cartas de presentación… En ese mundo de pensar qué tipo de trabajo me gustaría tener, y de ser consciente de que, en los tiempos que estamos, casi cualquiera nos valdrá… hasta que salgamos de ésta.
Así que entre esto, organizar mi fin de semana que, para variar, promete ser movidito, y tragarme algún que otro capítulo de “Mujeres Desesperadas” a lo que me he enganchado a estas alturas, ¡han pasado 9 días volando!
Así que ya se acabaron las vacaciones, y me pondré las pilas otra vez. ¡Palabrita!


 

jueves, 3 de noviembre de 2011

Amor público

El otro día me tragué el programa “Granjero busca esposa”. Creo que sólo lo vemos los familiares de los protagonistas, otra persona y yo.
Esto me ha llevado a hacer un recuento de los programas de televisión dedicados a encontrar pareja que hemos podido ver en TV a lo largo de los años. Después de informarme (soy aficionada pero, inevitablemente, alguno se me escaparía), éstos son los que he encontrado. ¡Y son muchos!

Es curioso, ¿no? ¡Hay programas para público de todas las edades! Esto puede significar dos cosas:
1. El amor no tiene edad, y la gente no pierde la esperanza de encontrarlo, aunque tengan que exponer sus intimidades “delante de toda España”, como les gusta decir a los concursantes de los realities.
2. La gente no tiene escrúpulos, y no les importa ponerse en evidencia delante de muchísima gente, sólo por tener su momento de gloria y llenarse un poquito los bolsillos, aun cuando corran el riesgo de romperle el corazón a algún concursante ingenuo del grupo 1.
Lo que no me queda muy claro es saber hasta qué punto se disfraza la búsqueda del amor en la búsqueda del éxito, ya que (aunque parezca paradójico) no son pocos los concursantes de este tipo de programas que usan la fama que consiguen para conseguir otros objetivos que poco tienen que ver con el verdadero amor.
De todos modos, yo siempre digo que no se puede generalizar y que hay gente para quien la esperanza es lo último que se pierde.


 

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Aburrida de pensar en el aburrimiento

Hay días y épocas que son de un aburrimiento absoluto. Y ahora es uno de esos momentos.
¿Por qué nos organizamos tan mal? Cuando trabajamos, tenemos dinero para hacer cosas, pero no tenemos tiempo. Cuando no trabajamos, tenemos todo el tiempo del mundo, pero no nos podemos permitir grandes lujos, así que posponemos la mayoría de las cosas para cuando volvamos a tener trabajo y dinero, aunque nuestro subconsciente sabe que entonces, dispondremos de poco tiempo.
Llevo toda mi vida con ganas de aprender francés y tango. Y bricolaje, ¡estoy deseando tener una super caja de herramientas, que probablemente nunca me atreveré a usar! Eso, y otro montón de cosas, como tocar la guitarra, aprender a coser, hacer un curso de doblaje cinematográfico…  Y viajar all over the world! Pero bueno, para compensar, también hago cosas que nunca me había planteado: ¡soy bloguera!
Me hace mucha gracia cuando alguien me dice que mi blog es un estilo a la columna que escribe Carrie Bradshaw en “Sexo en Nueva York”. Por una parte sí porque los dos, en general, hablan de cosas de chicas. Pero por otra parte no tiene nada que ver. ¿Alguien sabe de algún capítulo en el que estas chicas no sepan qué hacer con su tiempo? Seguro que no, siempre tienen superplanes glamurosos que hacer. ¿En algún momento han tenido problemas económicos? Sí, Carrie en una ocasión, pero una de sus amigas le dejó un diamante para que se pagara su piso.
Tras haber investigado con las niñas para hacer distintas actividades económico-lúdicas, nos hemos dado cuenta de que todo vale una pasta. A este paso, en nuestros ratos de ocio, nos vemos viendo obras como los viejinos… ¡si es que se siguen haciendo obras con la crisis! Desde estas líneas, se aceptan todo tipo de entretenimientos buenos, bonitos y baratos, para hacer dentro y fuera del hogar, para no vernos frustradas por las inclemencias del tiempo. ¡Ah! Y no vale que las mamis se manifiesten, a menos que recuerden qué hacían antes de tener babies, que sé que con eso el aburrimiento se termina.