Me acabo de dar cuenta de que hace 9 días que no escribo. ¡Esto no puede seguir así! ¡Una solución quiero!
La verdad es que esta semana he estado bastante liada. Por suerte (o por desgracia), el curso que estoy haciendo va llegando a su fin. Por una parte, ya va siendo hora, después de casi 840 horas allí metida. Por otra parte, me da pena: vamos a echar de menos las nuevas amistades hechas, esas horas del desayuno, estar con más gente que está en nuestra misma situación… Por otra parte, me da pánico. Pánico a volver a los tiempos cuando me levantaba sin prisas, cuando las mañanas se hacían eternas, cuando ver el programa de Ana Rosa era una rutina diaria… Pánico a no tener nada que hacer.
Así que ya estoy 100% envuelta en el esperanzador, poco agradecido y a veces frustrante mundo de buscar trabajo, de escribir CV, de modificar cartas de presentación… En ese mundo de pensar qué tipo de trabajo me gustaría tener, y de ser consciente de que, en los tiempos que estamos, casi cualquiera nos valdrá… hasta que salgamos de ésta.
Así que entre esto, organizar mi fin de semana que, para variar, promete ser movidito, y tragarme algún que otro capítulo de “Mujeres Desesperadas” a lo que me he enganchado a estas alturas, ¡han pasado 9 días volando!
Así que ya se acabaron las vacaciones, y me pondré las pilas otra vez. ¡Palabrita!
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