lunes, 12 de diciembre de 2011

Mi soledad y yo




 Después de escribir la última columna, me quedé un poco sorprendida. Una de las chicas de  las que no conozco que suele leer el blog, me dejó un comentario diciéndome que esperaba que  no me sentara mal, pero que cree que no es necesario un hombre para ser feliz y que en la vida hay  muchas cosas que llenan.
Cualquier persona que me conozca y que haya leído esto, sabrá que a mí me cuesta la misma  vida enfadarme; de hecho, ojalá a veces me fuera más fácil hacerlo. Y desde luego, soy  consciente de que si escribo aquí algunas de las cosas que pasan por mi vida y por mi mente,  la gente que lo lee (¡gracias!) puede sacar sus propias conclusiones sobre lo escrito.
Con respecto a que se puede vivir feliz sin un hombre, sé perfectamente que se puede. Tengo más años que los que soy capaz de creer y, de todos ésos, sólo he pasado un año y medio con novio. El resto de mis años los he pasado soltera; soltera, feliz y alegre.
Siempre he sido una persona a la que la gente le ha contado sus cosas y me ha pedido consejo (independientemente de que después hicieran caso o no). Y un consejo que he dado siempre es “si se está con alguien es para estar mejor que se está solo”. Y cuando se sabe que no va a haber un final feliz, pues no merece la pena.
Así que no me preocupa estar sola ahora. Tengo otro millón de cosas que ocupan mi mente,  gente y cosas de las que disfrutar. Aunque reconozco que cuando se está bien con alguien, se está muy bien.



 

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