Cualquier persona que me conozca y que haya leído esto, sabrá que a mí me cuesta la misma vida enfadarme; de hecho, ojalá a veces me fuera más fácil hacerlo. Y desde luego, soy consciente de que si escribo aquí algunas de las cosas que pasan por mi vida y por mi mente, la gente que lo lee (¡gracias!) puede sacar sus propias conclusiones sobre lo escrito.
Con respecto a que se puede vivir feliz sin un hombre, sé perfectamente que se puede. Tengo más años que los que soy capaz de creer y, de todos ésos, sólo he pasado un año y medio con novio. El resto de mis años los he pasado soltera; soltera, feliz y alegre.
Siempre he sido una persona a la que la gente le ha contado sus cosas y me ha pedido consejo (independientemente de que después hicieran caso o no). Y un consejo que he dado siempre es “si se está con alguien es para estar mejor que se está solo”. Y cuando se sabe que no va a haber un final feliz, pues no merece la pena.
Así que no me preocupa estar sola ahora. Tengo otro millón de cosas que ocupan mi mente, gente y cosas de las que disfrutar. Aunque reconozco que cuando se está bien con alguien, se está muy bien.
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