Las mujeres somos unas incomprendidas.
Los hombres son incapaces de entendernos y es normal; ¡a veces somos incapaces de entendernos a nosotras mismas!
Evidentemente, hablo de esos días en los que a las mujeres de los anuncios les encanta ser mujer. Pero ¿qué nos pasa a las que nadie nos paga por mentir diciendo que tener la regla es maravilloso? Se nos hincha el cuerpo, nos duelen los riñones, nos ponemos de mala leche, nos deprimimos, saltamos a la más mínima, lloramos por todo… Es una montaña rusa física y emocional a la que nos obligan a subirnos todos los meses. Esto no hay quien lo soporte.
¿Y qué es peor que enreglarse? ¡Que no te venga la regla! Minicrisis de supuestos embarazos aparte, te queda un síndrome premenstrual de duración indefinida, que en algún momento se convierte en menstrual, y hay quien también lo sufre postmenstrual. Y es que ¡qué incómoda es esa espera! La sensación de que tienes que reventar (literalmente), es desesperante.
¡Dichosas hormonas! Si no nos dejan aclararnos a nosotras misma con nuestro cuerpo, ¿cómo pretendemos sentirnos comprendidas por los demás? Sobre todo, si esos demás no han tenido la regla ni la van a tener nunca.
Y es que, aunque les duela a las feministas, cuando los hombres te preguntan cuando estás insoportable si estás con la regla, la mayoría de las veces, la respuesta es SÍ.
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