lunes, 17 de octubre de 2011

El que no busca, no encuentra

Siempre me ha gustado leer todo lo que me encuentro por la calle. Desde la puerta de los baños de la Facultad, hasta los horarios de las limpiadoras de los centros comerciales. ¡Nunca se sabe dónde puedes encontrar algo que te interese!
El otro día, mientras esperaba el autobús, me encontré un cartelito en la parada que decía lo siguiente:
“No es justo que el amor sea para unos y otros no. No soy feliz porque estoy en una soledad muy inmensa. Busco una mujer que se enamore de verdad, que sea sincera. Busco un amor definitivo, una persona comprensiva, cariñosa y sincera. Tlf. XXXXXXXXX.”
Me quede alucinada. Tuve que leerlo dos veces, y me costó pensar si era real o se debía a algún tipo de experimento sociológico.
Por una parte me pareció muy triste. Tiene que ser duro sentirte tan solo y desesperanzado que te de igual que se entere todo el mundo; lo único que quieres es encontrar una solución. La verdad es que la frase “no soy feliz porque estoy en una soledad muy inmensa” me pareció demoledora. Cada vez que la leo, me da un pellizco en el estómago.
Por otra parte me pareció esperanzador. Este señor no pierde la esperanza de encontrar una compañera, un amor. ¿Quién sabe si, además de leerlo yo, lo lee alguna señora que esté en la misma circunstancia, piense que no tiene por qué ser un psicópata y decida darle una oportunidad a la vida?
Si alguien conoce a alguien que podría estar interesada, que me lo diga y le paso el teléfono, ¡me encanta un celestineo! Una pena no tener ningún tipo de dato más sobre él.
Espero de todo corazón que esta historia termine bien. Me gustaría llamarle dentro de un tiempo y preguntarle cómo ha ido todo. Ojalá pudiera colgar sin hablar al responderme el teléfono, porque la voz transmita esa felicidad que ahora mismo está ausente.


17/10/11

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