Impacto total

El otro día lo vi. Estaba en un centro comercial con mi Vane, y lo vi pasar. Iba acompañado por una chica, no sé si será alguien especial para él o no.  La verdad es que, inevitablemente, me quedé impactada. Después de meses sin vernos, no me esperaba encontrármelo así, por lo que me cogió muy por sorpresa. Evidentemente, después del momento impacto, no me apetecía encontrármelos cara a cara. ¡Pero me pinté los labios, por si acaso!

Con las canciones pasa como con las imágenes del Google: siempre encuentras una perfecta para cada ocasión. Y mientras iba conduciendo, quiso el destino que escuchara a Alejandro Sanz y Shakira cantando:  ”Yo ya logré dejarte aparte, no hago otra cosa que olvidarte”. ¿Alguien ha pensado alguna vez en lo contradictorio de esta frase? ¿Y en lo cierta que puede llegar a ser?  Pero me vino muy bien para echar las dos lágrimas que tenía que echar, ya que creo que no hacerlo sería inevitable.

Después de eso, sí que estoy segura de que ya he pasado página, cerrado ese libro, y terminada la colección, y que no va a haber manera de volver a leer sobre el tema… ¡ni me apetece! Y no es que en algún momento hubiera tenido (ni siquiera al principio) la esperanza de volver, sino ni siquiera un mínimo pensamiento.

Pero bien es verdad que más vale una vez colorada que ciento amarillas, y es lo mejor que me podía haber pasado para dejar este tema definitivamente finiquitado.

¡No hay mal que por bien no venga!

 

El día de las despechadas

Érase una vez, una pobre chica ilusionada con un chico, chico que un buen día… ¡se fue con  otra! Aunque nunca había pasado nada entre ellos,  eso no evitó que ella no sintiera  desilusión. Aunque, realmente, fue lo mejor que pudo pasar: también resultó ser capullo.

Así que, para hacerlo todo más llevadero, decidimos salir para que olvidara las penas, y poner un día más en rojo en el calendario para el resto de los años.  Y así es como nació El Día De Las Despechadas. Desde 2006, nuestra pandilla tiene una cita  ineludible todos los primeros de diciembre. Por desgracia, todos los años hemos tenido una  despechada, alguna que ha terminado una relación; por suerte, ninguna ha repetido nunca. Ha habido celebraciones de distintos tipos: más y menos elegantes, de mediodía y de noche, con y sin bandas de Miss Despechada… Y con las risas como denominador común.

Y este año me tocaba a mí. Por primera tenía vez un día para mí en el año sin que fuera mi cumple. Por cuestión de agenda, hicimos una pseudonoche de despechadas, ya que sólo estuvimos muy poquitas, pero bailamos y tomamos vinito de naranja como si hubiéramos estado todas y alguna más. ¡Qué bien viene desmelenarse, aunque sea de año en año!

Y es que, sin duda alguna, lo importante es echar un buen rato con las amigas… ¡sea con la excusa que sea!

 

Mi soledad y yo

 Después de escribir la última columna, me quedé un poco sorprendida. Una de las chicas de  las que no conozco que suele leer el blog, me dejó un comentario diciéndome que esperaba que  no me sentara mal, pero que cree que no es necesario un hombre para ser feliz y que en la vida hay  muchas cosas que llenan.
Cualquier persona que me conozca y que haya leído esto, sabrá que a mí me cuesta la misma  vida enfadarme; de hecho, ojalá a veces me fuera más fácil hacerlo. Y desde luego, soy  consciente de que si escribo aquí algunas de las cosas que pasan por mi vida y por mi mente,  la gente que lo lee (¡gracias!) puede sacar sus propias conclusiones sobre lo escrito.
Con respecto a que se puede vivir feliz sin un hombre, sé perfectamente que se puede. Tengo más años que los que soy capaz de creer y, de todos ésos, sólo he pasado un año y medio con novio. El resto de mis años los he pasado soltera; soltera, feliz y alegre.
Siempre he sido una persona a la que la gente le ha contado sus cosas y me ha pedido consejo (independientemente de que después hicieran caso o no). Y un consejo que he dado siempre es “si se está con alguien es para estar mejor que se está solo”. Y cuando se sabe que no va a haber un final feliz, pues no merece la pena.
Así que no me preocupa estar sola ahora. Tengo otro millón de cosas que ocupan mi mente,  gente y cosas de las que disfrutar. Aunque reconozco que cuando se está bien con alguien, se está muy bien.



 

La estación del amor

Sé que no puede existir un título más cursi, pero la verdad es que no le puede venir mejor (y, para ser sincera, no se me ocurría otro).

Esta columna va dedicada a una de mis incondicionales, que está viviendo una love story bonita y algo complicada, lo que la hace aún más bonita. Llevan un año de amor, de amor en la distancia: tren arriba, tren abajo; hotel arriba, hotel abajo… ¡Amor arriba!

Me encanta verlos juntos, son tan monos… A ella nunca la he visto más contenta; a él, basta con mirarle a la cara. Cuando estoy con ellos, distintos sentimientos y pensamientos cruzan mi mente: no puedo evitar que me dé un poco de envidia sana, teniendo siempre ganas de verse, de hacer cosas juntos, y de no hacer nada; no puedo evitar sentirme un poco madre (para variar), queriendo buscar una solución a esto de estar tan lejos; y no puedo evitar que se me haga un nudo en la garganta cuando pienso en que se tienen que volver a despedir… otra vez.

Ojalá os encontremos una solución para que podáis estar juntos pronto, y sólo tengáis que hacer maletas para iros de excursión.

Os quiero (lo siento chico, a ella más).

La montaña rusa del amor

 Es una locura cuando hay etapas de inestabilidad de todo tipo a tu alrededor.
Unos días se ve todo negro fosforito: te pones melancólica y te acuerdas de cuando todo iba bien, o  quizás no tan bien, pero tenías un buen día. Y te preguntas cuándo volverá esa sensación.
Y después hay otros días, como hoy, todo se ve del color del arco iris. Puede ser que la situación no  haya cambiado, pero sí tu actitud. Eres capaz de darle a cada cosa la importancia que tiene, de no  dramatizar más de lo necesario, de saber que en algún momento todo volverá a ir bien… ¡Y  entonces no te acuerdas de por qué hace tan poco te sentías mal!
Todo es un bucle que crees que nunca terminará. Pero lo importante es, en esos días buenos, ser  capaz de reunir todo el pensamiento positivo posible, para que en los malos busques en tu mente, y  seas capaz de encontrar alguno, y saber así que muy pronto, antes de lo previsto, volverá a salir el sol.
Depende de lo que esté pasando en cada momento, haces más caso a unas canciones que a otras. Cuando terminó mi love story, todas las canciones eran de amor y/o desamor. Ahora me he volcado en las canciones que dan buenas vibraciones. De hecho, aquí hay una pequeña muestra para casi todos los gustos (probablemente Miss C. no encuentre ninguna que le cuadre).
“Canta y sé feliz”     “Hoy puede ser un gran día”    “En un mundo nuevo”   “Salir corriendo”   “Color esperanza”   “Ella”   “Sin miedo”    “Poquito a poco”   “La vida es un carnaval”   “Abriendo puertas”   “Respirar”   “Dame vida”   ”Grita”
Y cuando el buen rollo domina el 75% de tu mente, ya estás preparada para dejar de  cantar canciones sobre el buen rollito, porque entonces te vuelves a acordar de tu corazón, y hay una nueva canción que te ronda la cabeza…
“Si me enamoro algún día me desenamoraré, para tener la alegría de enamorarme otra vez”.


 

A ponerse las pilas!

¡Bueno, bueno! Enfadada conmigo misma.

Me acabo de dar cuenta de que hace 9 días que no escribo. ¡Esto no puede seguir así! ¡Una solución quiero!

La verdad es que esta semana he estado bastante liada. Por suerte (o por desgracia), el curso que estoy haciendo va llegando a su fin. Por una parte, ya va siendo hora, después de casi 840 horas allí metida. Por otra parte, me da pena: vamos a echar de menos las nuevas amistades hechas,  esas horas del desayuno, estar con más gente que está en nuestra misma situación…  Por otra parte, me da pánico. Pánico a volver a los tiempos cuando me levantaba sin prisas, cuando las mañanas se hacían eternas, cuando ver el programa de Ana Rosa era una rutina diaria… Pánico a no tener nada que hacer.

Así que ya estoy 100% envuelta en el esperanzador, poco agradecido y a veces frustrante mundo de buscar trabajo, de escribir CV, de modificar cartas de presentación… En ese mundo de pensar qué tipo de trabajo me gustaría tener, y de ser consciente de que, en los tiempos que estamos, casi cualquiera nos valdrá… hasta que salgamos de ésta.

Así que entre esto, organizar mi fin de semana que, para variar, promete ser movidito, y tragarme algún que otro capítulo de “Mujeres Desesperadas” a lo que me he enganchado a estas alturas, ¡han pasado 9 días volando!

Así que ya se acabaron las vacaciones, y me pondré las pilas otra vez. ¡Palabrita!

 

Amor público

El otro día me tragué el programa “Granjero busca esposa”. Creo que sólo lo vemos los familiares de los protagonistas, otra persona y yo.

Esto me ha llevado a hacer un recuento de los programas de televisión dedicados a encontrar pareja que hemos podido ver en TV a lo largo de los años. Después de informarme (soy aficionada pero, inevitablemente, alguno se me escaparía), éstos son los que he encontrado. ¡Y son muchos!

Es curioso, ¿no? ¡Hay programas para público de todas las edades! Esto puede significar dos cosas:

1. El amor no tiene edad, y la gente no pierde la esperanza de encontrarlo, aunque tengan que exponer sus intimidades “delante de toda España”, como les gusta decir a los concursantes de los realities.

2. La gente no tiene escrúpulos, y no les importa ponerse en evidencia delante de muchísima gente, sólo por tener su momento de gloria y llenarse un poquito los bolsillos, aun cuando corran el riesgo de romperle el corazón a algún concursante ingenuo del grupo 1.

Lo que no me queda muy claro es saber hasta qué punto se disfraza la búsqueda del amor en la búsqueda del éxito, ya que (aunque parezca paradójico) no son pocos los concursantes de este tipo de programas que usan la fama que consiguen para conseguir otros objetivos que poco tienen que ver con el verdadero amor.

De todos modos, yo siempre digo que no se puede generalizar y que hay gente para quien la esperanza es lo último que se pierde.

 

Aburrida de pensar en el aburrimiento

Hay días y épocas que son de un aburrimiento absoluto. Y ahora es uno de esos momentos.

¿Por qué nos organizamos tan mal? Cuando trabajamos, tenemos dinero para hacer cosas, pero no tenemos tiempo. Cuando no trabajamos, tenemos todo el tiempo del mundo, pero no nos podemos permitir grandes lujos, así que posponemos la mayoría de las cosas para cuando volvamos a tener trabajo y dinero, aunque nuestro subconsciente sabe que entonces, dispondremos de poco tiempo.

Llevo toda mi vida con ganas de aprender francés y tango. Y bricolaje, ¡estoy deseando tener una super caja de herramientas, que probablemente nunca me atreveré a usar! Eso, y otro montón de cosas, como tocar la guitarra, aprender a coser, hacer un curso de doblaje cinematográfico…  Y viajar all over the world! Pero bueno, para compensar, también hago cosas que nunca me había planteado: ¡soy bloguera!

Me hace mucha gracia cuando alguien me dice que mi blog es un estilo a la columna que escribe Carrie Bradshaw en “Sexo en Nueva York”. Por una parte sí porque los dos, en general, hablan de cosas de chicas. Pero por otra parte no tiene nada que ver. ¿Alguien sabe de algún capítulo en el que estas chicas no sepan qué hacer con su tiempo? Seguro que no, siempre tienen superplanes glamurosos que hacer. ¿En algún momento han tenido problemas económicos? Sí, Carrie en una ocasión, pero una de sus amigas le dejó un diamante para que se pagara su piso.

Tras haber investigado con las niñas para hacer distintas actividades económico-lúdicas, nos hemos dado cuenta de que todo vale una pasta. A este paso, en nuestros ratos de ocio, nos vemos viendo obras como los viejinos… ¡si es que se siguen haciendo obras con la crisis! Desde estas líneas, se aceptan todo tipo de entretenimientos buenos, bonitos y baratos, para hacer dentro y fuera del hogar, para no vernos frustradas por las inclemencias del tiempo. ¡Ah! Y no vale que las mamis se manifiesten, a menos que recuerden qué hacían antes de tener babies, que sé que con eso el aburrimiento se termina.

 

El amor es eterno... mientras dura!

En los últimos tiempos me he visto sorprendida por un aluvión de rupturas inesperadas por ser de relaciones eternas: una de 10 años, otra de 15 y otra de 18 años.

Lo primero que haces cuando te enteras de algo así es sorprenderte. Parece que llega un punto (no tengo muy claro cuál, porque yo no he pasado por él), en el que te crees que una relación es para siempre. ¡Pero resulta que no! Parece ser que esas relaciones también se rompen, y con bastante más frecuencia de lo que nos pensamos. De hecho, sólo hay que escuchar esta CANCIÓN  para ser consciente de por qué esto ocurre.

Y una vez que ya te has sorprendido lo suficiente, piensas: “Si a mí me pasa eso, ¡me muero!”. ¡Error! Por suerte, nadie se muere por nadie. Afortunadamente, nunca he pasado por algo tan fuerte, pero sé que tiene que ser duro cuando tienes tu vida planteada, y de pronto toda esa vida se viene abajo. Supongo que saber que la gente sale de eso, al principio no te ayuda, pero después te hace ver que al fondo se ve la luz.

En la mayoría de los casos, las rupturas son muy dolorosas, al menos para una de las partes. Y en estos casos hay dos maneras de afrontarlas. La primera es, para mí y mi forma de ser, la más normal: lo pasas muy mal al principio, y poco a poco el tiempo todo lo cura. Y de pronto, alguien algún día vuelve a despertar algún sentimiento especial en ti. La otra es, como he escuchado en más de un sitio, el “síndrome de apareamiento indiscriminado”. Es el clásico “una mancha de mora con otra verde se quita”. Seguro que todos conocemos a alguien que después de una relación larga se echa a la calle y liga todo lo que habría correspondido a toda su pandilla.

Poco a poco todo vuelve a una relativa normalidad, y hay un día en el que ya no sabes si echas de menos a esa persona, o sólo la situación de ser dos que tenías antes. Y otro día, te das cuenta de que ¡eres autosuficiente! Y ese día, ya estás bien.

 

El que no busca, no encuentra

Siempre me ha gustado leer todo lo que me encuentro por la calle. Desde la puerta de los baños de la Facultad, hasta los horarios de las limpiadoras de los centros comerciales. ¡Nunca se sabe dónde puedes encontrar algo que te interese!

El otro día, mientras esperaba el autobús, me encontré un cartelito en la parada que decía lo siguiente:

“No es justo que el amor sea para unos y otros no. No soy feliz porque estoy en una soledad muy inmensa. Busco una mujer que se enamore de verdad, que sea sincera. Busco un amor definitivo, una persona comprensiva, cariñosa y sincera. Tlf. XXXXXXXXX.”

Me quede alucinada. Tuve que leerlo dos veces, y me costó pensar si era real o se debía a algún tipo de experimento sociológico.

Por una parte me pareció muy triste. Tiene que ser duro sentirte tan solo y desesperanzado que te de igual que se entere todo el mundo; lo único que quieres es encontrar una solución. La verdad es que la frase “no soy feliz porque estoy en una soledad muy inmensa” me pareció demoledora. Cada vez que la leo, me da un pellizco en el estómago.

Por otra parte me pareció esperanzador. Este señor no pierde la esperanza de encontrar una compañera, un amor. ¿Quién sabe si, además de leerlo yo, lo lee alguna señora que esté en la misma circunstancia, piense que no tiene por qué ser un psicópata y decida darle una oportunidad a la vida?

Si alguien conoce a alguien que podría estar interesada, que me lo diga y le paso el teléfono, ¡me encanta un celestineo! Una pena no tener ningún tipo de dato más sobre él.

Espero de todo corazón que esta historia termine bien. Me gustaría llamarle dentro de un tiempo y preguntarle cómo ha ido todo. Ojalá pudiera colgar sin hablar al responderme el teléfono, porque la voz transmita esa felicidad que ahora mismo está ausente.

17/10/11

Vivan los novios

Este finde tuve una boda. ¿Una más o una especial?

Soy más que consciente de que no es algo que me pase sólo a mí: estamos en una edad en la que si te invitan a dos bodas al año, te parece poco. Ésta ha sido mi segunda del 2011, pero no la última.

Cada vez que voy a una boda, me siento más bipolar.

Por una parte, siempre es lo mismo: un novio esperando nervioso, la entrada de una novia espectacular, los granos de arroz asesinos a la salida (si algún día me caso, queda dicho que no quiero arroz), correr detrás de los camareros en el buffet, el decir “creo que voy a reventar en cualquier momento” antes de pasar al comedor, probar el primer plato y no ser capaz de terminarlo, ídem con el segundo, hacer un esfuerzo y comerte el postre entero, brindar con una copita de cava que sigue sin gustarme, bailan los novios, baila todo el mundo, te duelen los pies, te miras al espejo y te preguntas si eres la misma persona que salió de casa 8 horas antes, te siguen doliendo los pies, mandas el glamour a la mierda y te cambias de zapatos, los amigos más cercanos de los novios empiezan a desfasar… y después todo termina. Coges la bolsita con los taconazos superbonitos dentro, y sales arrastrando los pies camino de tu casa, mientras piensas “¿de verdad que alguien se cree que de una boda sale otra?¿A cuántos miles de bodas tengo yo que ir para que sea mi turno?”

Por otra parte, nada es igual: el vestido de la novia, la ilusión de los familiares, los nervios de las amigas de la novia, la cara del novio al verla llegar, las miradas a los ojos cuando se dicen “si, quiero”, cuando bailan su canción rodeados de gente pero sintiendo que están solos… y millones de cosas más que supongo que sólo se sienten el día de tu boda.

Y después está esa parte evidentemente inevitable en cualquier boda que se precie: ¡comentarlo todo! Que tire la primera piedra quien no mira de arriba a abajo a toda la que pasa por delante; es súper importante, porque puedes encontrar entretenimiento para toda la velada: mira qué vestido tan corto; mira ésa la mosquitera que lleva puesto en vez de sombrero; mira que camarero tan mono; hay que ver que no hay ningún muchachito aparente en edad de merecer; mira aquel que se ha subido al escenario y está mojando un micro en el cubata; por Dios, que alguien le diga a la que se ha subido a cantar con el grupo que lo hace fatal; mira aquella como baila; hay que ver que a la gente le ha dado por imitar a la Duquesa bailando en su boda… En fin, ¡lo típico!

Después de todo esto me pregunto: ¿me quiero casar? Siempre pensé que sí, pero con el tiempo se ha convertido en algo un poco más prescindible para mí. Aunque pensándolo realmente, ¿a quién no le gustaría ser la protagonista de un cuento aunque sólo fuera un día?

Lo que sí tengo claro, es que algún día (aunque no sepa todavía con quién) quiero que seamos felices y comamos perdices.

 

El amor ¿no tiene edad?

Por si alguien no  se ha enterado, se ha casado la Duquesa de Alba.

Echando la vista 3 años atrás, recuerdo el momento en el que me enteré de que la Duquesa tenía novio. Lo primero que pensé fue: “La Duquesa se ha echado novio antes que yo, ¿se puede caer más bajo?” ¡Pues sí! El año pasado a estas alturas, las dos teníamos novio. Hoy, 3 años después, yo tengo un ex-novio y ella tiene un marido.

La verdad es que, pensándolo bien, es lo lógico. Yo estoy en la flor de la vida y me queda (o eso espero) mucho por vivir. Ella está en el otoño de su vida, aunque parece que también le afecta el efecto invernadero, y que todavía le queda tiempo para que llegue el invierno. Así que mejor que aproveche ella, que tiene menos tiempo que yo.

Realmente, la admiro. Aunque hay manera de hacer las cosas que no comparto, admiro sus ganas de vivir, su valor para enfrentarse a todo y a todos por su historia de amor (aunque no creo que el amor que pueda sentir a esa edad sea igual que el que se siente siendo más joven) a los 85 años. Lo normal si tienes delante un “yogurín” de 61, ¿no?

No sabemos lo que nos deparará la vida, aunque todos esperamos que esté llena de cosas buenas. Pero, pase lo que pase, ¿no nos gustaría a todos terminarla con las ganas de vivir que da una historia de am♥r?

 

El milagro de la vida

Hoy ha llegado una persona nueva a mi vida. Se llama Claudia, sólo hace 2 horas que nació y ya la quiero.

Su mamá lleva en mi vida 18 años. Ha sido mi compañera de tantas cosas: de empezar a maquillarnos, de empezar a salir, de empezar a gustarnos niños, de ponernos graciosas bebiendo, de hacer juegos de amor, de horas y horas y horas de charla… Una compañera de vida, de la “primera parte” de mi vida especialmente, debido a la distancia que nos separa, pero siempre amigas de corazón… y teléfono. Es un año más pequeña que yo, y en los cumpleaños siempre hemos bromeado con que nunca iba a alcanzarme. ¡Pero ahora ha echado un sprint! Espero alcanzar su paso algún día. Ahora es ella la que se ha hecho mayor, la que (aunque siga con esa locura que me encanta) tiene la gran responsabilidad. La que va a empezar a pasar noches sin dormir, la que va a tener una responsabilidad y una preocupación para toda la vida… Y la que va a ser querida como una madre. Supongo que eso lo compensa todo.

Hemos disfrutado de muchísimos momentos juntas, pero éste me lo he perdido. ¡Y lo que es peor! Todavía pasarán algunos días antes de poder ver y tocar a la nueva princesita de nuestra vida. ¿Hay algo más mágico que una barriga gorda convirtiéndose en personita? A mí, cada vez que lo pienso, me parece más increíble.

Enhorabuena por la familia que habéis conseguido formar. No os desesperéis más de la cuenta. Echadle paciencia a sus llantos, que todavía es muy chica. Y queredla, aunque eso no hace falta que os lo diga, ya la queríais antes de saber que iba a existir.

Enhorabuena Marina y Juanfran. Bienvenida, Claudia.

1/10/11

La regla

Las mujeres somos unas incomprendidas.

Los hombres son incapaces de entendernos y es normal; ¡a veces somos incapaces de entendernos a nosotras mismas!

Evidentemente, hablo de esos días en los que a las mujeres de los anuncios les encanta ser mujer. Pero ¿qué nos pasa a las que nadie nos paga por mentir diciendo que tener la regla es maravilloso? Se nos hincha el cuerpo, nos duelen los riñones, nos ponemos de mala leche, nos deprimimos, saltamos a la más mínima, lloramos por todo… Es una montaña rusa física y emocional a la que nos obligan a subirnos todos los meses. Esto no hay quien lo soporte.

¿Y qué es peor que enreglarse? ¡Que no te venga la regla! Minicrisis de supuestos embarazos aparte, te queda un síndrome premenstrual de duración indefinida, que en algún momento se convierte en menstrual, y hay quien también lo sufre postmenstrual. Y es que ¡qué incómoda es esa espera! La sensación de que tienes que reventar (literalmente), es desesperante.

¡Dichosas hormonas! Si no nos dejan aclararnos a nosotras misma con nuestro cuerpo, ¿cómo pretendemos sentirnos comprendidas por los demás?  Sobre todo, si esos demás no han tenido la regla ni la van a tener nunca.

Y es que, aunque les duela a las feministas, cuando los hombres te preguntan cuando estás insoportable si estás con la regla, la mayoría de las veces, la respuesta es SÍ.

 

Mis compañeras de vida

Hay una cosa en la que afortunadamente no he caído y en la que espero no hacerlo: dejar de lado a mis amigas cuando empecé con mi novio. Hay muchas chicas que lo hacen y, en mi humilde opinión, es un error.
Un día escuché algo que me sacó los ojos de las órbitas. La verdad, es que la culpa la tengo yo, por ver cosas que no debo. En un momento de aburrimiento y zapping, me detuve en Telecinco (Telecirco, como lo llama alguno de mis niños) y puse “Mujeres y hombres y viceversa” (no comments). Y justo en ese momento, una de las chicas dijo “es que tus amigas te pueden fallar en cualquier momento, pero tu novio va a estar siempre ahí”. ¡Me quedé atónita! Pobre chica, ¿no? Ha tenido que tener mala suerte en la vida con sus amistades para afirmar eso con tanta seguridad. Claro, que teniendo en cuenta que estaba en un programa donde se busca pareja, supongo que sentimentalmente tampoco le ha ido bien.
Así que, después de una noche de chicas, en las que he podido disfrutar de alguna de ellas, sigo agradecida porque estén siempre ahí, aunque soy consciente de que eso hay que trabajárselo con el tiempo, y no dejar que se olviden de ti. ¡Hay tiempo para todo!
Con el permiso de todas ellas, os las presento para que conozcáis quienes son, junto a mi familia, quienes todos los días me dan estabilidad y felicidad.

De Mudanza

¡Hola!

Ésta es una minicolumna sólo para informar que a partir de ahora esta página pasará a mejor vida, y que la aventura continuará en

http://www.sitedejatunovio.com/

La nueva página será mucho más interactiva, ¡espero que os guste!

¡Nos vemos allí!

Gracias.

Mi hombre perfecto

- no tiene pareja.

- se deja barba de dos días.
- tiene la comida hecha todos para cuando llego a casa.

- le gusta tender la ropa y planchar.
- los jueves se va a jugar al fútbol con los amigos.
- le encanta que pase tiempo con mis amigas, con y sin él.
- el día menos pensado me regala una flor.
- se preocupa por mí y le gusta ver que me preocupo por él.
- tiene espaldas anchas para darme super abrazos.

- parece serio pero no lo es.
- me demuestra que me quiere y además me lo dice.

- le gusta que salgamos a pasear y me coge la mano.
- me hace reír siempre.

- siempre tiene la palabra perfecta y el gesto perfecto.
- me da un abrazo al terminar una discusión.
- es sincero pero no muere de sincericidio.
- me escucha y me habla.

- le gusta leer.
- no me crea inseguridades.

- no es empalagoso delante de los demás, pero me guiña un ojo de vez en cuando.
- está orgulloso de estar conmigo y no lo oculta.
- es el más guapo del mundo a mis ojos.

- me saca a bailar cuando menos me lo espero.

- le gusta estar con mi familia
- se preocupa por su familia.

- no quiere perderse compartir conmigo la experiencia de ser papás.
- tiene gafas mágicas con las que me ve siempre guapa.

- le gusto "tal y como soy", como le dijo Mr. Darcy a Bridget Jones.

 - ¿existe?

¡En las ondas!

Muchos probablemente ya os habréis enterado, pero no puedo parar de contarlo, así que ahí va la historia. 

Estoy haciendo un curso para desempleados, uno de ésos en los que todos tenemos puestas nuestras esperanzas para volver a la vida laboral, pero con el miedo de que finalmente no valga para nada.

Cuando llegué a clase, mi profe Isa - un alma gemela mía y de tantas singles que ya hemos cumplido los 30-, vino corriendo a hacia mí diciendo: "¡Mari, qué fuerte!¡Mari, qué fuerte!¡Mari, qué fuerte!". Cuando le pregunté qué pasaba, me contó algo de lo mejorcito que me ha pasado en los últimos meses: ¡habían hablado de este blog en la radio! Y no fue en cualquier sitio, sino en el programa que escucho siempre (menos este día) “Buenos días Javi Nieves” de Cadena 100. ¡Me pareció alucinante! Sólo podía decir: "¿Sí? ¡Venga ya! ¿Y eso cómo va a ser?". ¡Pero fue!

Lo habían usado como inspiración para una de las secciones.

Como sigo sin llevarme completamente bien con las tecnologías, no soy capaz de añadir el link para poder escucharlo. Pero no pasa nada: yo soy más de papel y boli (aunque aquí el uso no es literal), así que voy a transcribirlo. Habla Jimeno, uno de los colaboradores del programa, que presenta una sección en la que los niños responden preguntas sobre la vida:

"Ayer, por esta cosa rastrera que tengo yo de ligar, estaba buscando personas que las hubiera dejado el novio para prestar el hombro. Es un nuevo método para ligar, es un poco rastrero. Me encontré en nuestro facebook con Marisa A., una oyente que nos ha dejado su blog, que ya os digo que es muy divertido, que se llama sitedejatunovio.blogspot.com. Allí hace reflexiones sobre lo que te puede ocurrir si rompes con tu pareja o las maneras que puedes tener para superarlo". 

La pregunta de ese día fue; "¿Y tú qué harías si te deja tu novio?".

¿Nada mal, no?

Siempre he tenido ganas de aparecer en otra sección del programa que se llama "¿Quién te tienta?": un día estás tan tranquila y te llaman diciendo que hay alguien que se muere por ti y está loco por ir a cenar contigo. Y entonces hay dos opciones: 

- Opción A: él también te llama la atención, vais a cenar y es el hombre de tu vida definitivo. Sois felices, coméis perdices y el mundo es fantástico y maravilloso.

- Opción B: es alguien que no te gusta nada y que, aunque en un principio te cayera bien, no puedes evitar empezar a cogerle manía. Con las pocas posibilidades que tenemos de que nos pase algo así, viene un personajillo prescindible a quedarse con ese 2%. ¡No es justo! Supongo que si te pasa eso, quieres pedir el comodín del público y tener otra oportunidad.

Pero de momento no me quejo: ¡les ha gustado mi blog, y mis posibilidades de que mi príncipe azul llame para invitarme a cenar siguen intactas!

¡Gracias!

Columna 0

Llevo desde ayer buscando la inspiración, pero parece que hoy ha decidido ser la musa de otra/o. Pero bueno, empiezo a escribir, a ver que sale de aquí.

Me acuerdo del momento en el que decidí empezar a escribir este blog: estaba en la playa justo la primera semana después del día D -de día-  y hora H -de hora- (aclaración hecha para todos aquellos que como mi Vasca y la Chica Boom crean que las letras se ponen aleatoriamente), organizando mi vida para estar entretenida durante la semana siguiente con Miss C.

Hicimos un montón de planes: ir al cine de verano a ver a Audrey Hepburn en "Sabrina", acompañadas de un bocata de salchichas, ir de shopping a tiendas baratas, paseítos en bici... Como estando en el momento 

post-ruptura cualquier cosa te vale, hasta la visita al Lidl con la Doctora Amor me pareció un superplán. Lo importante es tener planes, aunque después no todos se cumplan.

Así que, en un ataque de lucidez, nos dimos cuenta de que, después de una dilatada experiencia ayudando a amigas a salir del momento dramón, tarde o temprano yo saldría también. ¿Y por qué no compartirlo con otras pobres víctimas? En estos momentos nos sentimos incomprendidas, pero la realidad es que casi toda/os hemos pasado por esto; ¡qué cierto es que mal de muchos... ayuda a llevarlo mejor!

Como últimamente destaco por dormir poco (con lo que yo he sido: siestas, maxisiestas, minisiestas en los semáforos, con el ojo derecho, con el izquierdo...), al llegar del fin de semana playero decidimos mi ordenador y yo echar una noche juntos, y esperar a que la inspiración llegara. Y llegó. Y me puse a escribir lo que sentía, lo que pensaba, lo que me iba saliendo de dentro. Escribí la primera "columna" (homenaje a "Sexo en Nueva York", por enseñarnos tanto y darnos tan buenos momentos), la segunda, la tercera... ¡y ésta es la número 16! Y espero que vengan muchas más y que la musa y la aventura nos acompañe durante mucho tiempo.

Acabo de decidir que mi musa se va a llamar Afrodita, ¿quién mejor que la diosa del amor para que me acompañe y me inspire?

Mañana será otro día

Seré breve y concisa:

Llueve: bajón.
Me sigue doliendo el pie: bajón.
Miro mi cuenta corriente: bajón.
Mes II: bajón.
Nada apetecible para comer en el frigo estropeado: bajón.
Llega el catáologo nuevo de Ikea y no puedo comprar nada: bajón.

Hay días en los que, sencillamente, sería mejor pasarse todo el día en la cama, preferiblemente teniendo una TV en la habitación (que no es mi caso), viendo millones de capítulos de cualquier serie que haga que tu mente se evada, y esperando que el día siguiente amanezca mejor.
¿Por qué cuando hace un día malo todo se vuelve igual? ¿Y por qué cuando hace buen tiempo nada te garantiza que todo te vaya a ir bien?
Por suerte, la semana que viene vuelve a hacer calorcito, podré apoyar bien el pie, me ingresarán la paguita, y me traerán mi frigorífico nuevo. ¡Yuhuuuuu!
Así que mientras tanto, hojearé el catálogo de Ikea, veré alguna película de Jeniffer Aniston, me comeré una latita de atún, y miraré cómo micromilímetro a micromilímetro se va deshinchando mi querido tobillo izquierdo.
Pero realmente, no es tan malo: no suelo comprar en el Ikea, veo la peli con una amiga, la lata de atún es súper fácil de preparar, y mi tobillo va deshinchándose en vez de hinchándose.
Podría ser peor, ¿no?

Sombra aquí, sombra allá

Hoy por fin he vuelto a pintarme un poquito después de 10 días de reposo.
Definitivamente, cambia la película totalmente, por dentro y por fuera.
Ayer no me quedó más remedio que salir, y lo hice con la cara lavada, ¡y qué cara! La verdad es que salir a la calle con el guapo "bajado" es 0% recomendable. Siempre te encuentras con algún espejo situado en algún sitio inadecuado que te desvela la mala cara que tienes. Si tú te ves fea, no puedes evitar sentir que todo el mundo que te ve te vea fea. Y en vez de comportarte de manera agradable o sencillamente normal, vas mirando a la gente en plan  "sí, estoy fea, ¿y qué?". Así que aparte de fea te pones un poco de mala leche. ¡Mezcla explosiva!
Pero hoy he vuelto a las buenas costumbres, y he cogido mi kit de chapa y pintura, y he vuelto a maquillarme en los semáforos. Estoy convencidísima de que no se necesita más para quitarte la mala cara. Y siempre hay alguna amiga que te dice "¡que guapa estás hoy!". Te vienes arriba y te alegra el día, y el mundo es fantástico y maravilloso. Nada que ver con esos días en lo que estás tan tranquila y viene alguien y te pregunta: "¿estás mala?¿tienes sueño?". Las ojeras se apoderan de tu cuerpo y hablan por ti.
Así que de ahora en adelante, voy a volver a convertirme en una señorita presentable, porque, como dice mi Vasca, no hay que cerrar las puertas a ningún sitio donde puedas conocer al próximo hombre de tu vida. Y en ese momento, no puedes estar fea.

Romeos esfervescentes

No lo entiendo. ¡Ni yo ni casi ninguna!
Tengo una amiga que siempre ha tenido novio. Apenas ha tenido tiempo de desconectar entre uno y otro. Por suerte (en el momento) ninguno le salió rana, así que Srta. Filipinas se creía que lo de ennoviarse estaba tirado. ¡Qué ilusa!
Desgraciadamente, ahora está en el mundo de "te prometo el oro y el moro hoy, pero que sepas que mañana pasaré de ti". La pobre, está totalmente descolocada: "Si ayer me invitaba de vacaciones a Lanzarote, ¿por qué hoy no me llama?" ¡No entiende nada!
¿Por qué a un gran tanto por ciento del género masculino les da por hacer eso? ¿No es mejor no prometer nada, y hasta donde llegue la cosa llegó?
Lo que es cierto es que, hoy en día, por muy bonito que te lo pinten todo y muchas nubes de algodón rosa (copyright de Miss C.) que te prometan, no te puedes creer nada.
Yo tenía antes una teoría: si le mandabas un mensaje y no te respondía, es que estaba cagando. ¡Ha habido cagadas que han durado meses! Lo peor es que una vez que te olvidas del capullo en cuestión, de pronto, el día menos pensado te manda un mensajito como si no hubiera pasado nada. Así que estoy desarrollando una teoría nueva: son abducidos a algún sitio que nadie sabe, en el que no existe el paso del tiempo. Por eso, después de un tiempo indeterminado X, se pone en contacto contigo. ¿Y tú qué haces? ¡Pues mandarlo a la mierda, esos sitios no existen!
¿Cuánto tiempo hay que esperar para poder levantar uno de los dos pies del suelo? ¡Nunca se sabe!
Consejo: ¡nunca levantar los dos!

And the winner is...

¡Bueno, bueno!
Las chicas de los blogs http://saldelapuro.blogspot.com/  y http://miscreacionesparaelpelo.blogspot.com/ me han concedido un premio. El premio Blogger Luxury. ¡Más monas!
Así que desde aquí quiero darles miles de gracias a las dos. Esto siempre anima mucho para seguir con esta aventura, sobre todo cuando viene de gente que no te conoce.
El truco es que a cambio de este honor, tengo que contar siete cosas sobre mí. Ahí van!

1. Se me da fatal dibujar. Nadie distinguiría un dibujo mío de uno de un niño de 7 años, pese a que de pequeña me dieron un diploma en un concurso de pintura en la feria del pueblo de mi madre (aunque reconozco que el diploma era por participar).
2. Soy optimista de nacimiento. Creo que hay dos maneras de tomarse la vida: bien o mal. Si decides tomártela mal, no la disfrutas y el día que tengas que llorar, nada de privará de hacerlo; si decides tomártela bien, vives cada momento, e igualmente llorarás cuando las circunstancias lo requieran pero... que te quiten lo bailao!
3. Llevo toda la vida intentando hacer dieta, pero mi metabolismo (que resulta ser más ahorrador que mi bolsillo) y la vida social no me dejan pasar nunca de los 10 kilos.
4. Tengo 32 años y, después de haber probado distintas cosas, todavía no tengo muy claro que quiero ser de mayor. A veces es muy frustrante pero, por otra parte, esto abre ante mí un abanico muy amplio de posibilidades.
5. Odio la palabra "frustrante"; de hecho, he tenido que preguntarle al google cómo se escribe, porque al escribirlo ahora me sale subrayado por estar mal escrito, pero google dice que está bien. No tengo claro ni como se escribe ni como se "habla". Mi palabra favorita es "almohada", suena bonito; en inglés "butterfly" (mariposa).
6. Aunque suene un poco friki y sea echarme piedras sobre mi propio tejado, soy una enganchada de "Gran Hermano". He visto todas las ediciones, y estoy deseando que empiece la próxima. Me parece alucinante observar el comportamiento humano, y siempre me pregunto qué sería de mí si yo estuviera ahí dentro.
7. Soy súper suertuda. Tengo una familia que me quiere y que siempre me apoya; me encanta cuando me dicen "lo que tú hagas, bien hecho está". Y tengo mi otra familia, que no es la de sangre, sino la de corazón (mis amigas), que siempre me demuestra que están y que estarán ahí, aunque a veces parezca que no tenemos nada que ver unas con otras, o a veces no nos veamos tanto como nos gustaría.

Y ahora me toca a mí dar el premio a otros blogs (se supone que tienen que ser 10, pero de momento son los que sigo, aunque acepto sugerencias), así que estos son los afortunados:
- http://analizandolablogosfera.blogspot.com/
- http://elrinconcitomagicodecristina.blogspot.com/
- http://cafesconamigas.blogspot.com/
- http://conmaquillajeyaloloco.blogspot.com/
- http://ryderart.blogspot.com/

¡Vaya rachita!

Me he hecho un esguince.
El médico me ha mandado 10 días de baja. ¡Diez días = 240 horas! Llevo ya un día y medio y esto se me va a hacer largo.
Así que como no tengo otra actividad, pienso. Y la verdad, reflexionando, ¡vaya añito! Siempre he pensado que los años pares se me dan mejor que los impares.
· 2 de febrero: me echan del trabajo.
· 8 de febrero: me dan un tirón del bolso, robándome todo, incluido el DNI, necesario para poder irme dos días después a Roma.
· 10 de febrero: afortunadamente me puedo ir a Roma. Estoy haciéndome una foto en la Fontana di Trevi y, de pronto, viene un euro volador a mi frente intentando abrirme la cabeza.
· 28 de marzo: la madre del niño al que le doy clases particulares decide rescindir de mis servicios, para hacer ella de supermamá. ¡A la mierda mi paga extra!
· 27 al 30 de junio: semana horribilis pre-ruptura.
· 1 de julio: se termina mi love story.
· 20 de agosto: salgo a tomar una copa (¡una!) con unos amigos. De vuelta a casa tengo una pelea con el zapato; el zapato gana y me tira al suelo.

Recuento a lo Bridget Jones a final de cada peli:
- despedidas de trabajo: 1.
- rupturas amorosas: 1.
- esguinces: 1.
- cigarros fumados: 0.
- kilos perdidos: 8.
- kilos puestos posteriormente: afortunadamente no lo sé; ojos q no ven...

Afortunadamente, el año también ha estado, está y estará lleno de cosas buenas y bonitas, pero esas las dejaré para otra columna!

Holidays!

Tal y como decía mi horóscopo (al que sólo creo cuando dice algo que me gusta): “Un viaje te permitirá desconectar de estos rollos y recuperar la armonía”.

Hemos estado en el paraíso, en Cabo de Gata: arena finita, agua calentita y transparente; nos veíamos las uñas de los pies y a los pececillos que nadaban alrededor. Si pasas horas en el agua, flotas, estás en el agua como si estuvieras en el aire, sientes q vuelas, y lo ves todo desde lo alto, desde fuera. Aunque te sientes un garbancito “arrugao”, en cierta manera te sientes poderosa, como si estuvieras por encima del bien y del mal.

Supongo que gracias a eso, a la buena compañía que llevaba, y a que lo llevo en los genes, he sido (en casi todo momento) la persona dicharachera de siempre. Así, con la inestimable ayuda de las compras compulsivas de mis amigas en distintos puestos playeros, hemos conseguido regalos en todos los sitios en los que hemos comprado. Making friends everywhere!

Han sido unas vacaciones casi perfectas, si no hubiera sido por el insomnio que se sigue apoderando de mí, y por la ausencia de dos de mis imprescindibles: una porque nos tiene acostumbrada, y la otra por un viaje cultural-espiritual.

Ahora, a planear las próximas vacaciones, esperando que las circunstancias, la salud y la economía lo permitan.

Espero que todo el mundo esté teniendo buen verano, q todavía falta mucho para que llegue el próximo!

Las charlas con mi hermano

Unas veces complicado, y otras veces tan mono!
Es como si se sintiera en la obligación de hacer de hermano mayor, aunque no lo es.
¡Me parece tan tierno cuando me pregunta por mis problemas! Intenta y consigue animarme, diciéndome que disfrute el verano, y que después ya se verá. Y es que es cierto que en este verano por suerte no me faltan planes con familia y amigas, y luego, pues a seguir con lo mío. La vida no se acaba ahí (como ya sé de sobra).
Que como él dice, yo no me voy a aburrir, y él lo pierde porque le va a costar encontrar a alguien como yo.
¡Porque yo lo valgo!

Gracias, Brother!
Love U.

Acopladas por el mundo

En situaciones así, siempre viene bien un cambio de aires.
Estado civil nuevo, viaje nuevo!
Coges a una buenísima amiga, maleta con ropa para un número indefinido de días y llenas el depósito del coche. Es divertido irte unas horas a lo "Thelma y Louise", aunque cambiemos la emoción del descapotable por una serie de canciones deprimentes con las que los portugueses intentaron deleitarnos.
Es genial "aprovecharte" de las amigas que viven lejos, porque siempre están dispuestas a acogerte (igual que tú a ellas). Algo bueno tiene que tener el no poder vernos tanto como nos gustaría.
Te pasas unos días por "el mundo", estás en lugares que no son los de todos los días, gente que no es la de todos los días, y desconectas. Desconectas de tu día a día y de tus pensamientos.
Y cuando vuelves a casa llegas tan cansada, que sólo te apetece descansar. Tumbarte en tu sofá que seguro que te echa mucho de menos, y tragarte lo que quieran ponerte en la TV.
0 ganas de pensar, qué pereza!

Gracias amigas de la infancia por estos días tan completitos e imprevistos. Encantadas con todo: tu país, vuestras casas, tu sillón, tu barriguita en proceso de convertirse en personita...
Todo un placer. Repetiremos!

¡Y los sueños, sueños son!

¡Si lo sé no duermo! 

¿Quién me iba a decir que yo, la reina de las siestas, me arrepentiría de ésta?

Soñé. Soñé que cambiaba de opinión. Soñé que avisaba a toda la gente. Soñé que estaban mi familia, las niñas, la niña, todo nuestro mundo... y que había flores para sorprenderme.

Me sorprendió, me alegró más de lo q antes de dormir pensaba que me alegraría, le escuché y sonreí. Sonreímos.

Y me desperté. Por suerte (o no), el teléfono sonó antes de darnos un beso.

La verdad es q no me esperaba que este sueño me provocara el nudo en el estómago q tengo desde que me desperté.

Demasiado bien lo estoy llevando. ¡Campeona!

Amigas

Las niñas

Esa parte fundamental de mi vida. La familia de corazón que vas haciendo con el paso de los años, y que deseas que siga ahí infinitos años más.

Puede que te acuerdes del momento en el que viste a cada una de ellas, la primera impresión que te causaron... o puede que no, si es hace tanto que las conoces que piensas que cuando nacisteis ya lo hicisteis siendo amigas (cursi pero cierto!).
De lo que yo no consigo acordarme es del proceso de "getting friends", de cómo pasas de un primer encuentro más o menos casual a una primera llamada, a contar algo más íntimo, a una segunda llamada... hasta que se hacen un huequito en tu corazón.

Y la vida va pasando, y ellas siguen ahí, dándole estabilidad a tu vida, aunque ni siquiera las suyas la tengan. A veces sintiendo que tenemos 15 años, a veces pensando que estaremos igual cuando tengamos 70. Tan niñas chicas unas veces, tan "Sexo en Nueva York" otras... Hay alegrías, penas, risas, llantos, más risas, habrá bodas (o no (¿?) ), habrá babies...

Y siempre habrá amigas, siempre estarán mis "very best".

Qué sería de nosotras sin nosotras???

Cosas que hacen que la vida valga la pena

Porque la vida es cuestión de esas pequeñas cosas que te hacen felices:

- ver una peli en el sofá

- pasar tiempo con la familia y volver a sentirte una niña chica

- quedar con las amigas y hacer nada

- comerte un helado

- un baño relajante/ducha

- viajar

- desayunar al solito

- good sex!

- que de pronto suene una canción que te ponga la piel de gallina

- una siesta en el sofa

- un masaje

- quitarte los zapatos cuando llegas a casa y te duelen los pies

- olerte después de ponerte cremitas

- un beso

- un libro que te enganche

- encontrar un chollazo

- bailar en la calle

- un paseíto en bici

- ver que has cobrado la paga extra

- pensar en destinos vacacionales

- un día de playa

- escuchar el canto de los pájaros

- reírte por nada

- las flores

- comprar algo nuevo para tu casa

- sentirte guapa 

- cocinar para gente y que el plato sea un éxito

- abrir un regalo

- ver fotos

- encontrar el regalo perfecto para alguien

- un ratito de silencio

- pasarte horas hablando por teléfono

- pensar en la gente que te quiere

- ver a gente riendo por la calle, que se te contagie, y contagiarlo

- la risa de un niño

- el color fucsia

Seguro q se te ocurren muchas cosas más!!

(Gracias a Miss C. por su lista inspiradora).

Punto de inflexión

Creo q ya me he lamentado y autocompadecido lo suficiente, así que de ahora en adelante, voy a cambiar el chip.
A partir de la próxima entrega me dedicaré, con la ayuda e inspiración de las niñas, a hacer una exposición de cómo superar este trance, de toooooooooooooooodas las cosas buenas q tiene volver a ser single, y de mil cosas más que vayamos maquinando.

Hasta entonces, dejo un video con mi nuevo leitmotiv!

Se acabaron las penas!

Y colorín colorado...

Es raro.
Han pasado sólo 13 días, pero parece que hace siglos que todo terminó. Lo ves ahí, con una bolsa que contiene lo poco que todavía os une, y piensas: "no sé muy bien qué está pasando"!
Es Él, pero en este momento dejará de serlo. Te pones nerviosa, coges tu bolsa, tu voz temblorosa y tu dignidad, te pones tus gafas de sol, y te vas a vivir tu vida.
Pero bueno, no pasa nada. Como dice una amiga a la que adoro, "un día de cada vez". El día a día se lleva bien. Pasa uno, pasa otro, y otro, y otro más (jajaja!, chascarrillo para las íntimas). Y dentro de no mucho, llegará un día en el que no m acuerde.
Qué ganitas de que llegue ese día, ¿verdad?

Esto es un rollo

Van pasando los días.
Hay demasiadas cosas que te recuerdan a él. Demasiadas canciones q hablan de desamor. Con mi memoria, demasiados "hoy hace un año q...".
En fin, un rollo!
Lo bueno: tu familia y tus amigas están ahí para escucharte, consolarte y animarte.
Lo malo: hay q hacer una ronda informativa. La gente te pregunta por él. Tú difundes la noticia. Se te hace un nudo en la garganta, lloras delante de quien no quieres llorar...
Lo siguiente bueno: poco a poco dejas de ser la prota; hay más gente a la q le pasan más cosas; ya no todo se centra en ti y en tu pena.
Y de pronto, llega un día en el q no lloras. Probablemente llorarás mañana, pero al menos las lágrimas se van espaciando en el tiempo. Y dentro de dos días te levantarás contenta pensando: "no sé cuando volveré a hacerlo, pero sé q hoy no tengo ganas de volver a llorar".

Lo requetemejor (¿?): he ganado el título de Miss Despechada 2011 entre mis amigas. Que a nadie se le ocurra quitármelo, q este año me lo llevo yo, q mis lágrimas me ha costado!

¿Y ahora qué?

Viernes tarde.
Llega la conversación más temida.
Todo se ha acabado. Lágrimas.
¿Y ahora qué?
Cojo el teléfono, hago 3 llamadas. En un momento, tus amigas en tu casa para oírte y consolarte.
Da igual que tú no quieras remar, porque al final ellas terminarán sacándote a la superficie.

Love U.